Recuerdo aquellos días en que con mis manos podia rozar tu cuerpo inquieto que parecía escurrise entre una multitud invisible de la que huíamos sin rumbo y sin fin para llegar a vernos y sentirnos de verdad.
Al sentirte, la magia me envolvía en una espiral o tornado junto a tí que salía del centro de la tierra y llegaba hasta el infinito y más allá. Sus fantásticos colores llenaban mis sentimientos de vida; Rojo pasión, verde trébol y azul cielo envolvían mis sentidos y te los entregaban sin pensar.
Aunque los colores de mis espirales siguen vivos, día a día hacen temblar la tierra, intentando abrirse un hueco entre el hormigón, Pero hasta que tus pies no estén paralelos frente a los míos a menos de 10 centímetros de distancia y con uno de mis pies flotando en el aire las espirales no podrán salir y significará que no me fundiré contigo en besos.Tus espirales, sin raíces, sin fuerza y grises, son motivo para luchar por el color de mi corazón.